¿UN VALLE DEL SILENCIO EN GILENA?
En el Valle del Silencio las cenizas se entierran bajo un árbol elegido por el difunto. No hay lápidas ni cruces, y las tumbas se marcan con una estaca y coordenadas GPS. Lo llaman el Valle del Silencio, pero no es porque no haya cobertura de móvil ni porque se trate de un bello paraje natural perdido en las montañas de la Garrotxa.
La razón es más poética. Se llama así porque alberga el primer cementerio natural de España, una iniciativa que está en auge en varios países europeos y que la asociación ecologista Lasala ha trasladado a Cataluña.
El cementerio está entre Montagut y Oix, en las proximidades de Castellfollit de la Roca, en la provincia de Gerona.
En cada árbol solo se pueden enterrar un máximo de 12 personas a lo largo de 100 años, que es el tiempo que dura la concesión pactada en el contrato que se firma con Lasala.
No se pueden colocar cruces, lápidas ni fotos. Los allegados tampoco pueden cuidar el entorno de los lugares donde se ha enterrado a los difuntos, sino que este cometido es competencia exclusiva de la naturaleza y los cuidadores del valle. Eso sí, pueden visitarlo siempre que quieran.
Todos los árboles en los que se llevarán a cabo los enterramientos están catalogados y localizados a través de coordenadas GPS y mediante unas estacas numeradas. Por mucho que crezca el bosque o que este panteón vegetal cambie de forma, siempre se encontrará el lugar donde está enterrado un ser querido.
El cementerio es aconfesional, pero cuenta con una pequeña iglesia del siglo X, Santa Maria d'Escales, en la que se pueden celebrar ceremonias fúnebres. La apertura oficial se llevó a cabo el pasado 24 de junio, coincidiendo con el solsticio de verano. Aunque llevan dos años de gestiones, Lasala aún está tramitando con el ayuntamiento de Montagut la licencia de actividad.
La razón es más poética. Se llama así porque alberga el primer cementerio natural de España, una iniciativa que está en auge en varios países europeos y que la asociación ecologista Lasala ha trasladado a Cataluña.
El cementerio está entre Montagut y Oix, en las proximidades de Castellfollit de la Roca, en la provincia de Gerona.
En cada árbol solo se pueden enterrar un máximo de 12 personas a lo largo de 100 años, que es el tiempo que dura la concesión pactada en el contrato que se firma con Lasala.
No se pueden colocar cruces, lápidas ni fotos. Los allegados tampoco pueden cuidar el entorno de los lugares donde se ha enterrado a los difuntos, sino que este cometido es competencia exclusiva de la naturaleza y los cuidadores del valle. Eso sí, pueden visitarlo siempre que quieran.
Todos los árboles en los que se llevarán a cabo los enterramientos están catalogados y localizados a través de coordenadas GPS y mediante unas estacas numeradas. Por mucho que crezca el bosque o que este panteón vegetal cambie de forma, siempre se encontrará el lugar donde está enterrado un ser querido.
El cementerio es aconfesional, pero cuenta con una pequeña iglesia del siglo X, Santa Maria d'Escales, en la que se pueden celebrar ceremonias fúnebres. La apertura oficial se llevó a cabo el pasado 24 de junio, coincidiendo con el solsticio de verano. Aunque llevan dos años de gestiones, Lasala aún está tramitando con el ayuntamiento de Montagut la licencia de actividad.
¿Qué os parece la idea? Sería una de las mejores formas de conservar el entorno de Gilena. ¿A ver quién se atreve a talar un árbol de este Valle del Silencio? A mi no me importaría descansar encima de la Cañada de Villalobos por ejemplo.
2 comentarios:
Me daría escalofrío al pasar por un lugar así, pero pensándolo bien, cáda árbol sería el reflejo de la vida de un familiar, y estoy seguro que lucirían arboles frondosos y la gente los cuidaría "como a un ser querido"!!
Yo me apunto, sería el mejor lugar para descansar eternamente. Y mientra tanto cuidarlo y respetarlo.
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